12 ene 2010

Si eres un gato empolvado, con tres rostros enrojecidos, y nariz humeda,
Debes entender que el camino tiene cuchillos apuntando para arriba,
Hallaras una mano enloquecida señalando todos los confines,
No la mires, es de trapo, y hace rato perdió sus horizontes,
Utiliza tus bigotes para atraer a las abejas a su jaula,
Cierra la puerta como un rayo con membrillo y amarillo algo de rojo,
Allí unos señores atornillados a sus sillas te tratarán como a un mesías,
Vuélveles el rostro y sube al seco tejado blanco, en el que se hallan amapolas muertas,
Con tu agilidad camina por la fina superficie del alambre,
Recorre todos los kilómetros que puedas, y también un día mas,
Luego dile a un corcel agusanado que invente un lago de aguas cristalinas,
Quita los gusanos con tu pelo y baña las heridas en clorofila,
Enójate con los sapos mudos, que canten con sus ojos si es necesario,
Diles que no serán príncipes de un beso, y que sean verdes en todos los costados,
Haz que lloren las gaviotas y los mirlos, que suban los tamaños de las aguas,
Evita un tal Noe, ya tienes tu carroza con marinos, y un vigía,
Esbelto gato el viaje te ha extenuado, pero tus ojos están almidonados y muy atentos,
Quieres y deseas nuevas aventuras, repartirte entre esquimales y Vesubios,
Ulises jamás te habría alcanzado con su barco, y más lejos Simbad te insultaría,
Tu pelo de oro, tu cola recta, tus pupilas reflejan tus terribles viajes emprendidos,
Eso si, ahora te lo pido, levanta del almohadón tan empolvado tu seco culo y no llores,
Tu comida estará presta a justa hora, como conviene a un gato gordo que convive con los sueños.

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