El invisible
Armaré un silencio, con alas de una polilla hastiada,
¿Corres? Trae tus gritos en esa bolsa de nylon blanca,
Lograste un áspero césped, hiere a las cuatro sombras de mi pie,
Tus elaborados violetas, tus muertes fingidas, todo el liquido desconcertado,
Armaré un cordero, robaré la espuma milagrosa, un corazón y las espinas,
No dormiré contigo, he logrado colocar mis brazos dentro de mi vientre,
Romperé la pared con mis mejillas, recogerás el rojo y te quedaras quieta,
Un fulgor acido me muestra todos los pasos que daré, no son muchos,
Mis muelas, intentando soldarse unas con otras, estupidas durezas,
No dejaré que muerdas más mis despertares, mi pequeña garganta de mosquito,
Sigo amando todas tus espaldas, amaré tus labios con almíbar y un hervor,
Llegaré a los abrazos más oscuros, la última sonrisa, la pesadilla olvidada,
El árbol ya donó las seis ventanas ciegas, tanta sustancia, tanto río enmascarado,
No se ve, no existe, no comprendes, lluvia primitiva, tierra derramada en dos ritmos,
Armaré una despedida invisible, no apagues la vela, por un tiempo, te lo pido,
No la apagues.
1 comentario:
En el silencio hay tantas palabras.
Lo abrazo, lo sabe .
M.
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