Cuatro gatos, sentados uno dentro del otro, el día de la eliminación de la luna,
Un ejército de astillas quiere volver al lápiz, pero no hay una mano para el lápiz,
Un desfile de sabanas, y un carro de heno pero lleno de almohadas sin funda,
Un dios poco creíble, dios que mira mis ojos, están cerrados, con pestañas impregnadas,
El cuerpo duele a pesar que lo dejé bien acomodado, me llama, me busca,
Lo he dejado en un pesebre, sin reyes, en posición fetal, en suave equilibrio,
Ahora tiene extrañas convulsiones, sus uñas estallan, la perdida empieza, gota a gota,
A ti que lees ¿no entiendes? Es verdad, no es fácil ver la piel invadiendo el estomago,
¿Por que desperté? Mi rostro espera, de un salto, con pasos matutinos, el espejo,
Labios, pómulos, cejas, mentón, dientes ¿Existirá tanto amor entre moleculas?
Mis pies me recuerdan el rotundo peso, mi boca sin sonidos, el océano incrustado en un roble,
¿Quién me espera? ¿Todo el vacío que se acumula entre miles de secretos?
¿Quien me espera? ¿El vuelo perfecto entre la rama y el río de la golondrina analfabeta?
Lloran y lloran, intento devolver las lágrimas a las miradas, los ojoss claros no aceptan.
Me fui, me voy, me iré, con mi camisa de sueños delgados, con mi bastón de lenguas,
Me escondo entre conjuntos de sales combinadas, entre madera pintada, en un sótano que flota,
Cuatro gatos, no lloran ni ríen, está, el corazón avisa los latidos que restan,
Las llamas no se aquietan, tampoco existen, son lo negro que desea rojos y verdes,
Hubo tantas “me voy y no te aviso”, no pude acostumbrarme, caminemos,
Despacito, de la mano de un espectro que se afirma desesperada a la mía,
Adiós, ya no podrás ahorcarme, ya no seré mi nombre ni apellido, no lo seré.
Cuatro gatos, forman el rectángulo perfecto, tejido sin fluidos en movimiento,
Un hígado salado, duerme, una vena implora un calambre doloroso, no así la arteria,
El oscuro proceso ha comenzado, los graves sonidos, los invisibles cambios de color,
El alma partiéndose sin reconocerse alma, el aroma insoportable de la ausencia de dios,
Las caricias escapadas, los besos evaporados, las ultimas memorias, espesores…
Cuatro gatos que se alejan entre si, el sendero desde “el fui” al estanque verdeazul.
Silencios en guarda, la tierra bienhechora, el tiempo medido con saliva, el humus,
Una mano toca mi amarillento recuerdo, lo revisa, lo coloca en un cubo de madera,
¿Recordara la dureza seca los tibios dedos de una mujer? No me dejes.
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