Mi cielo fue un día pasear de la mano con aquella mujer niña flotando como si tuviera alas.
No hubo besos, no hubo sexo. Solo esas comunes calles que aparecían tan bellas, sentir su mano, mi corazón en mi palma, y en esos segundos el cielo, sin ángeles, nubes, ni dios.
Un cielo de dos manos que se acompañan unos metros
Dear Prudence
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