Terrorifico poe-no-ma, inspirated and rellened the photo
Los treinta pensaban jubilarse y viajar al club Med de Itaparica
Descubrirse los trillos de la entrega y tomarse un Daiquiri en la Playita
“No hacen falta alas para hacer un sueño”
, le dijo el más viejo al más emplumao,
“Con esas tarjetas del banco podes pagar en treinta años”.
¿Que banco le dará pasta a un pollo de granja gris?
Se pregunto el emplumao y quiso ser codorniz
Pero eligió el silencio ante el Pollo mas robusto
Pero aquello no dicho, por temor o jerarquía
Quedo en el cogote trabado cual si fuese gran tranvía.
Treinta pollos bien blanquitos, muy gorditos, bien inflados,
Con un espejo bien grande para mirarse y peinarse,
Treinta pollos obedientes, con modales y sin dientes.
Treinta muslos muy cuidados multiplicados por dos
Estaban bien preparados para partir tras el dios.
Cuando llego su transporte no tenía reclinables
Sino parecía un jaulón con barrotes poco amables
Todos lloraban, reían, abrazos sin brazos y besos sin bocas
Irían al gran Brasil, la tierra del futibol y las rotundas garotas
Morros, mares y palmeras y hasta alguna bañadera.
Sin embargo el emplumao, cuya voz nadie escuchaba
Gritó:
Al final de este viaje
Huye como una gaviota.
Las palomas que van a dormir a los parques
Ya no hablan conmigo
O yo deliro, o me corta tu filo
Ya no te espero
Ya es el tiempo que fascina
Ya es bendición que camina
A manos del desespero
Ocupados, ocupados, pensando en la arenas blancas
Suben los pollos mansitos al jaulón con ruedas blandas.
1 comentario:
Carlos, por fin paso por tu blog/casa.
Me encantaron tus ilustraciones, la cama gitana y tu gato.
Un placer.
Volveré.
Abrazos.
Páris
Publicar un comentario