Una vena fatigada y mil anzuelos clavados en las inútiles
retinas.
Sus párpados y la espuma, el dolor de la sal, sus lenguas salpicadas,
sus pies apartados buscando nubes, encontrando ojales y una orilla.
¿Regresará? sentado, con su cigarrillo hundido en mar de leche,
¿regresará? el cuello quebrado, la enorme astilla suturando sus cabezas,
¿regresará?. Una infinita fila de lomos blancos de caballos ensillados,
sus rosas de hojaldre y ese tobillo serio, rojo, dolorido ¿imaginado?
Inventa una cabeza que escupe espinas que devoran espinas vegetales,
inventa un esófago azul, con almidón y fuego le quita lo rugoso,
inventa manos torpes y una máquina que convierte piel en gajos.
La vieja acostada masticando amores sin tragarlos, sin sentir su sabor,
la vieja pies de luna acaricia la nuca, se guarda la moneda, empuja,
la vieja vientre de aceites lo ha elegido y sonríe con sus dientes en la mano.
Suplica crear un dios para sentirse creado, no sabe moldear alas ni cielos,
No está perdido, conoce los rituales de todos los árboles del bosque,
sus brazos ya no están.
No recuerda como se respira…
Sonríe.
Sonríe y escucha el remo,
sonríe y la barcaza golpea el muelle,
sonríe y la laguna hierve ese escarlata perpetuo.
Sus párpados y la espuma, el dolor de la sal, sus lenguas salpicadas,
sus pies apartados buscando nubes, encontrando ojales y una orilla.
¿Regresará? sentado, con su cigarrillo hundido en mar de leche,
¿regresará? el cuello quebrado, la enorme astilla suturando sus cabezas,
¿regresará?. Una infinita fila de lomos blancos de caballos ensillados,
sus rosas de hojaldre y ese tobillo serio, rojo, dolorido ¿imaginado?
Inventa una cabeza que escupe espinas que devoran espinas vegetales,
inventa un esófago azul, con almidón y fuego le quita lo rugoso,
inventa manos torpes y una máquina que convierte piel en gajos.
La vieja acostada masticando amores sin tragarlos, sin sentir su sabor,
la vieja pies de luna acaricia la nuca, se guarda la moneda, empuja,
la vieja vientre de aceites lo ha elegido y sonríe con sus dientes en la mano.
Suplica crear un dios para sentirse creado, no sabe moldear alas ni cielos,
No está perdido, conoce los rituales de todos los árboles del bosque,
sus brazos ya no están.
No recuerda como se respira…
Sonríe.
Sonríe y escucha el remo,
sonríe y la barcaza golpea el muelle,
sonríe y la laguna hierve ese escarlata perpetuo.
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