No es el azul, ni el rojo, tampoco el alfiler inflamado,
No es la lluvia de gotas rellenas de horizontes “sí señora”,
No es el parpado transparente de un niño atropellado,
Tampoco es “yo”, “tú”, “él”, entonces…
Acomodaremos, los acertijos a la derecha, el perro en el centro,
Los tibios paladares de soldados inexpertos arriba del sur,
Las mentiras al té tardío, demasiadas, hervidas por demás,
La vida es demasiado joven en un universo indirecto,
Tan estúpida como para inventar la palabra “cierta vez”,
Tan necia que parió ciénagas en los labios de los “no sabios”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario