Una lata, un vaso plástico, y la calle, para un aseo que le recuerde su humanidad, me digo.
Ella, Olvido terrible, invisible fantasma de la Rua 7 de setiembre, carne y tendones que se tejen cada día.
Ella, que apenas robada una imagen, se percató y gritó palabras inentendibles entendibles.
Ella, ese mundo que quema rocíos y brisas; que camina a nuestro lado mientras miramos ciegos muy ciegos.
Ella, que no sabe de mundos digitales, que se lava igual que Maria hace dos mil años.
Ella, extraña atracción de lo terrible, que parece estar por nombrarte.
Ella, me sigue mirando, siempre me ha mirado y siempre esperó este momento de miradas cruzadas.
Ella, no estoy seguro de que fuera una simple mortal, porque no Divinidad pasajera en este mundo que estremece los huesos más rígidos, sea…
Ella.
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4 comentarios:
muy bueno, aunque duro.. pero asi es la vida.
muy duro... pero coincido con Caia.. hay veces que uno se olvida la realidad, hasta que la siente, te toca o te golpea...
no se que es mejor......
Hola, desde Barcelona.
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