12 ene 2007


Ventanas, Caracoles, y mi amada Jiralisa

Ella, la única Jiralisa de la Galaxia y de la cuadra, del universo también y de cualquier zona a donde llegue el 60, que sueña con el amor imposible del Papa Gritón de Francis Bacon, ese Papa que parece cantar “Leguizamo solo” pero con Gardel apuntándole a la sien con un 38 magnun Special que heredo de Pedro Navaja.

Y es así, desde esa pared blanca con marcas de patas de gatos estirados y con doble personalidad, mis gatos se creen ardilla, uno, y alfiler, la otra.

Decía, ella llora y ríe, llora lagrimas de hormigas rojas muy chiquitas que insisten en comerse todo Pan Dulce Marcolla que entra en mi casa Batllo imaginada por un Gaudi Gordo y calvo, alcoholizado y desaprensivo.

Decía, juro no desviarme esta vez, que La Jiralisa, junto a Veritas, el perro chueco que solo quería ser mayor y recorrer Pensacola, lloran ambos hormigas “come come”.

Las hormigas “come come” desconocen a Freud y a Edipo también. Ahhhh, estoy viendo en mi canal 15 de cablevisión “Gran Hermano 2007”, y muestran dos chabones que duermen y roncan, duermen y roncan, gastar 200000 megavatios de potencia para mostrar tamaños inútiles. Los productores de televisión deberían someterse a vaporizaciones cerebrales focalizadas, por medio de el antiguo método de flatulencias de Zeus, o de Hades, que con la dieta que debe tener por allí abajo, mamita querida!!!!

Decía que la Jiralisa se enamoró ahora del calefón del vecino, y no para de cantarle temas de Silvio Rodríguez. Alguien conoce una terapia alternativa para desenamorar Jiralisas que tienen las cuerdas vocales de una gaviota desequilibrada por intentar comerse a Moby Dick.

Ahhh de Caracol nada sé, es muy reservado y creo, así

lo afirma un rumor vecinal, que su destino es Estocolmo.

Oriel Zolrak



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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para el mal de amores de una jirafa mezclar dos partes iguales de hierba Luisa con un poquito de coñac del que tenía mi abuelo en la despensa. Lo mejor para que se lo trage es mojar un rosquito en este brebage.
Si se aprecia que las manchitas de la jirafa empiezan a difuminarse hay que cortar el tratamiento, señal de que no funciona.
Solo le queda empezar a viajar y con un poquito de tiempo aprendera a quererse, a disfrutar de ella y pocas veces quedara desconsolada por el no-amor de cualquier animal desconsiderado de la selva, por que sabra que quien no sepa quererla no merece la pena.

Apuntate a Yoga Jiralisa!!!
jejejej

Un besillo

Carlos Leiro dijo...

ya anote la receta!!!!
Gracias Marta, Mis oidos agradecidos!!!
Aunque quizas la mande a tomar clases de Canto Gregoriano.

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