13 jul 2008

Mis dedos están tan lejos ahora,

Ni siquiera pueda escribir la historia de aquel loco que enviaba rosas a su amada desde un manicomio sin jardín,

Las estrellas no atravesaran el techo esta noche,

Tampoco la luna morderá mis oídos,

Pero la pena,

La pena en un corazón con vetas de metal hirviente.

La saliva siempre empeñada en mojar mi boca,

Mis pestañas tartamudas sin que yo lo sepa,

Mis uñas silenciosas ya han tomado vuelo,

Un silencio de rinocerontes asesinados uno a uno,

Las palabras se angostan y caen como hojas de un otoño antiguo,

Mis mandíbulas apretadas sin dios ni ciencia,

Un camello trozado va rumbo a una sopa,

Una pantalla eructa una realidad idiota

Y mis dedos siguen tan lejanos,

Mi piel, una autopista de impedimentos

Y para una mujer que existe y no existe

Soy invisible.

No hay comentarios.:

Free counter and web stats