Cabellos y una mano,
Sigilosa como un atardecer de otoño se va formando la caricia,
Esa pequeña eternidad inquieta y dulce que detiene el tiempo,
Tiernas olas infinitas que los dedos van surcando como naves,
No hay voces, ni jadeos, solo el sonido de la ternura, si lo hay,
El calido aliento de la piel que detiene toda forma de abismo,
La muerte queda lejos cuando habla la caricia,
Las manos tejen y destejan amores desconocidos
Cabellos, dedos, campos, cielos, lirios, lunas
Cuando la caricia nace, cuando la caricia crece.
Si dios tomara una forma sería la de la caricia.
1 comentario:
Buenas, Leiro!! No todo el mundo conoce la ternura, me alegro que usté si!!!
Un abrazo!
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