21 mar 2016

La tinta invocó al invisible tan rápido que no pude saltar,
Yo no pedí por el obispo sordo, ni por las flores,
La claridad es el esófago del único león que existe,
El agua que nos brindaron salpicó y manchó mis manos,
Me pegaste con un puño repleto de gelatina dorada,
La tinta rechazó la pluma, ya no soy artista, ya lo sabes,
Las horribles estrofas buscan sus botellas y el mar colgado,
Alguien murió pero su rostro se enterrará en otra tumba,
Alguien murió y dejó una camisa deshecha sobre el cemento,
Alguien murió pero hay nueva sonrisa y un futuro hedor guiña el ojo.

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