Los colores arrestaron a mis ojos,
Ahora están en la penúltima celda,
Atentos a unos pies amenazados,
El pan nuestro de cada día que es…
Moho y remembranzas de trigo,
Cada tanto un carcelero trae las velas
De barcos que no terminan de implorar,
Las lágrimas son sentenciadas,
Ni sal ni labios, ni lenguas salvadoras,
Continuar las formas de las manos,
Para guardar los latidos en los puños,
Tan solo, tan tanto.
Ahora están en la penúltima celda,
Atentos a unos pies amenazados,
El pan nuestro de cada día que es…
Moho y remembranzas de trigo,
Cada tanto un carcelero trae las velas
De barcos que no terminan de implorar,
Las lágrimas son sentenciadas,
Ni sal ni labios, ni lenguas salvadoras,
Continuar las formas de las manos,
Para guardar los latidos en los puños,
Tan solo, tan tanto.
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