200.000 AC, el hallazgo

La saliva simple humedece los alfileres alojados en su paladar,
El metal evidencia rápidamente el aroma a carroña hirviente,
Saltos hasta la luna y la caída terrible sobre el cadáver dorado,
La lengua lame y traga, lame y traga, su nuca vigila,
Sus ojos vuelan hacia la pena que no siente, miran lo que no miran,
El tiempo y la tibieza ablandaron la carne, también los tendones,
Sus dientes, incluso los flojos, desesperan y el cuello trabaja agrediendo,
Los dioses no llegan todavía puede desgarrar sin ritos, sin remordimientos,
No puede más, aunque su memoria lo empuje a seguir,
Sus manos negras y liquidas se secaran rápido luego de que la lengua ayude,
Se aleja, busca la sombra y aguarda satisfecho, no quiere dormir,
Espera que los buitres hayan pasado por otro cuerpo inmóvil antes,
No está mal mirar si no hay frutas que pueda tomar en silencio.