Toda la noche masticando palomas espumosas y suturando cientos de corazones hervidos,
Antes del amanecer pude colgarlos a la luz de una luna salpicada de verdes diatomeas,
No los llegué a pintar con rojos enfurecidos ni blancos de perdón parpados,
Los solté, salvajes salieron, sin rumbo salieron, esmerilando lágrimas sin sal ni pelos,
Las agujas aun hirvientes se volverán aladas para partir, para partir sin decir nada.
Antes del amanecer pude colgarlos a la luz de una luna salpicada de verdes diatomeas,
No los llegué a pintar con rojos enfurecidos ni blancos de perdón parpados,
Los solté, salvajes salieron, sin rumbo salieron, esmerilando lágrimas sin sal ni pelos,
Las agujas aun hirvientes se volverán aladas para partir, para partir sin decir nada.
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