Sueño numero 9
Arroja toda mi sangre al océano y el mar no cambiara su sabor,
Cierro mis ojos y el rugir de las imágenes atronan parpados y perfiles de mis manos,
Envuelvo mi corazón loco en metros de suave seda, seda virgen, santa,
Pero la seda se vuelve arpillera y mi corazón es agua que se retira,
Nada más atroz que la sombra de la mirada perfecta, no hay un punto original,
Puedo asegurarte que he caído en una pendiente de esferas filosas, no imagines,
Jirones quedan, perseverantes, para no olvidar y relatar aquella historia, una y otra vez,
Un sueño destroza un olvido, se queda con ínfimas astillas para armar una “no” historia.
Cascada de suturas, arenas lentas, metal crucificado, un rio sin fin, un jabón asqueado,
Libros con letras de saliva, nauseas disfrazadas de semillas, dodecaedros ahorcados,
Sigue el desfile, un desfile de aortas sin latidos, por ausencia. Te libero.
Dejo una luz en el centro de mi hogar y sin rezar vuelvo a mi cama,
Mis huellas siguen temblando, doble almohada para sueños que acechan,
Sobrevolando, estos sueños, la vieja tela de una sabana compañera,
Un vaso de olvido tenaz por esta noche, un vaso de nunca mirarás tu nuca.
Arroja toda mi sangre al océano y el mar no cambiara su sabor,
Cierro mis ojos y el rugir de las imágenes atronan parpados y perfiles de mis manos,
Envuelvo mi corazón loco en metros de suave seda, seda virgen, santa,
Pero la seda se vuelve arpillera y mi corazón es agua que se retira,
Nada más atroz que la sombra de la mirada perfecta, no hay un punto original,
Puedo asegurarte que he caído en una pendiente de esferas filosas, no imagines,
Jirones quedan, perseverantes, para no olvidar y relatar aquella historia, una y otra vez,
Un sueño destroza un olvido, se queda con ínfimas astillas para armar una “no” historia.
Cascada de suturas, arenas lentas, metal crucificado, un rio sin fin, un jabón asqueado,
Libros con letras de saliva, nauseas disfrazadas de semillas, dodecaedros ahorcados,
Sigue el desfile, un desfile de aortas sin latidos, por ausencia. Te libero.
Dejo una luz en el centro de mi hogar y sin rezar vuelvo a mi cama,
Mis huellas siguen temblando, doble almohada para sueños que acechan,
Sobrevolando, estos sueños, la vieja tela de una sabana compañera,
Un vaso de olvido tenaz por esta noche, un vaso de nunca mirarás tu nuca.
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