16 feb 2011

Ese Cristocaracol, verde, agua, sudor sin mantos secretos y el pie,
Los tendones inmóviles, los músculos atentos, un “No por ahora”
Un jardín demasiado estrecho, no es otoño, la huella inútil, cautiva,
Un jardín de inesperadas lunas, sin terciopelos, alarmadas, sobre sillas,
Un jardín que aguarda la fruta sin semillas, el entierro del muslo y de la tibia,
La nerviosa lagartija, comedora de azúcar, de azúcar y de rojos, de rojos y piel,
Un jardín bestial, sin pecados, sin predicados, con cielos de molares y pupilas,
Un jardín sin jardinero eficaz, sin canteros simétricos, sin injertos, sin tijeras,
Un jardín amansador de alimañas, sin Vivaldis ni estaciones, sin peces ni moluscos,
Allí, sin justos ni carceleros, sin valientes ni azucenas, hastiado, único, sonriente,
Allí, sin la planta del té, sin los enamorados, sin espinas blancas, sin beso delator,
Allí, se quebrarán los huesos al tocar tierra, se beberá el pulmón desatento, inpiel,
Allí, la mirada y los ojos, separados de un golpe metal serán Ofelias sin manos ni muñecas,
Ese Cristocaracol, suplicado por los dientes tartamudos, sudor en nuestro manto iluminado,
El pie, el pie y la pisada, el pie y el barro, el pie y el secreto seguro, el pie,


El pie.

1 comentario:

Francine dijo...

Muy bueno Carlos! hace mucho que no te leía.

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