¡Que mañana!
De mi ojo brotó un silencio,
Un silencio sin dientes,
Quise morderlo, lamerlo, mascarlo.
Ay, cayeron sobre mí seis horas completas,
Recubiertas de saliva y té,
Tomé con mi pulgar e índice mi tierna nariz,
La coloqué en una roca, ni cercana ni lejana,
Déjala que respire aire de mar,
Estas durmiendo, no escribes,
Tus dedos fueron traídos al teclado uno a uno,
Claro que los gatos ayudaron,
Tan lastimados de comerme pellejitos,
Salgo,
Mis diez dedos y yo, sin contar los de los pies,
Un Rivotril se tragó el final para bajar su angustia
2 comentarios:
Me gusta mucho tu surreal manera de decir.
Abrazo.
MaLena
Muchas gracias Malena!!!
Que bueno leer un comentario tuyo!
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