No te inquietes. Siéntate en una vereda de viento tierno y espera.
Olvida el reloj, los billetes de cinco pesos y las biromes. Espera como lo hacen ciertas piedras redondas, ya veras que el universo se de vuelta como un pulóver viejo. Entonces la rígida piel de los árboles se volverá labios de maestra de segundo grado enamorada. Enormes, con sus hojasojos que solo pueden ver la luz de los horizontes olvidados, con sus manos de savia arremolinada, con sombreros de cielo carmesí.
Ellos, los árboles saltarán por arriba de edificios grises dando risotadas de no cuerdo, amasaran pavimento negro alquitrán para crear corazones agitados, sazonaran con flores diminutas las miradas de los que no ven viendo.
Ellos, secretos de madera y verde, susurraran historias de tiempos en que no había pies, ni rodillas. Ellos, piratas de veteadas sombras gritaran todos los nombres de los perros infernales y algún conjuro secreto para crear un solo romance entre dos humanos.
Ellos, no hablaran ni de sierras, ni hachas, ni de talas, solo te miraran un instante y compartirán el dolor de los caídos y caídos en los bosques, en las Junglas.
Ellos no sueñan con muebles de huesos nuestros. Ellos sueñan humus y polen dorado.
Pero… Entonces alguien te tocara el hombro, te mirara con rostro “de vuelve ser cotidiano” y buscaras unas monedas para el colectivo y quizás vuelvas a tu casa a mirar televisión.
2 comentarios:
Jamás....
Mi mejor película sería
hacerme semilla,
masa de polen y humus,
secretos de corteza y
savia dulce.
Un terroncito de azúcar,
la piel brillante del alquitrán reseco,
y la blandura de un beso.
Cómo no me contaste esto?
;)
Hola Feripula , no lo sé.
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