Ciudad/ desierto/ carne enmarañada
De palabras gritadas con el vientre
Mentiras aladas sombreando buitres pegajosos en áridos senderos
Inútiles sonrisas de vendedores carnívoros que
Ciegos y altivos enseñan sus carroñas para ofrecerla a labios bondadosos
Ceguera de esperanza, ese es mi espanto.
Veo la piel y sé que sabrá a vinagre hervido
Mas ceguera, mas desesperado se vuelve el aire opaco
Mas palabras, mayor el desencuentro de ojos tibios
Finales de ciudades sumergidas en mares de egos llovidos
Finales de razones heridas de muerte por escorpiones lisos
Ceguera de esperanza, ese es el filo que corta mi piel ajada alada
Y a veces me creo mirador de azules y quizás sean reflejo de mi esófago perdido
Y a veces me creo juntador de astros caídos y quizás esté apilando lunas agónicas y pálidas.
Poco importa si aquí paso el poeta
Poco importa si el dolor de sangre es incesante
Talvez olvidarse de uno y borrar la ceguera que nos veda el verde que respira y que aun nos queda
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