Un
Un corazón salpicado, eso, un corazón salpicado
Latidos atolondrados y demasiado secos
Una ceja, simple, inmóvil
Y el sabor de un ciego amanecer
Un corazón salpicado, si, muy salpicado
Arterias amordazadas a un labio fiel
Dóciles venas de ríos quietos, calmos
Y una luz que busca cielo y ser estrella
Un corazón salpicado, no, mejor no
Una cubierta de hojas con savia bien verde
Un racimo de deseos olvidados en un cofre pintado de viejo
Y un caminar sobre esa brisa que alguna vez acompaño al mar
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