5 feb 2010

El nocturno cuello del felino derribará varios intentos,
Mantendrá sus ojos cerrados, quiere ser un gato ciego,
Caminará tranquilo, sin noche ni día, sin costados,
Engendrará cueros y botones para un abrigo muy largo,
Circulará hacia una luz por una pared demasiado alta, demasiado fina,
¿Como duermen los gatos blancos en esos espacios mínimos?
Un hombre lo tendrá en la mira de su arma, metálica, secreta,
El gato moverá un milímetro su oreja y mil felinos saltarán sobre aquel hombre,
Las uñas comenzaran su festival, negras manchas vibraran, varias horas hacia secos charcos,
El gato continuará su intenso camino, saltará, correrá, no descansará, construirá silencios y emboscadas,
Morderá muchas, demasiadas, manos, palmas con surcos inflamados y ojos sin mirada
Los gatos siempre lamentan no poder reír, este gato rió y reirá haciendo historia,
Tres, veinticinco, cuatro mil hombres desgarrados con rapidez y precisión autentica,
Continuará el gato su mapa prefijado y a él se unirán los más finos y atractivos felinos ciudadanos,
Nunca verán, como esa vez los hombres, la tierra trepidar de pavor, asombrada,
Nunca se abrazarán tan fuerte frente al avance silencioso, bestial, indomable,
Los gatos elegirán, sus garras tendrán nombres y apellidos, llorarán aquellos que suponen,
Enorme se volverá la noche, con velos oscuros para que no vea, pero escuchará,
Las separaciones de las carnes y de los huesos serán con leve sonido, filo si luz,
Mas hombres, mas gatos, caminos que separan y unen, ríos ínfimos, líquidos y pegajosos,
Aquel que ríe y es ciego guiará con sutileza divina, señalará los cuellos enmascarados,
Oirá la seda separarse, no así las pieles que creerán volverse más sólidas por las noches,
Los búhos solo atenderán ciertos movimientos, los escasos lobos callados aguardarán,
Las golondrinas volarán de noche, ellas guiarán desde las alturas los encuentros,
Los que intenten correr, ellos pertenecerán a los perros silenciosos y frontales,
Poco a poco las palabras irán cayendo en un aljibe violeta, otras voces aun se oirán,
El ciego reconoce el aroma de un sol que aun no aparece, engendrará una desconocida señal,
A los blandos almohadones amarillos, al descanso de los tiernos, al tibio animal compañero,
El día será de llantos y no saber qué, tratar de conocer a todos los quienes,
Tranquilos, suaves, enroscados en sus sueños blanco y negro, dormirán, descansarán,
Oscuro techo que traerá la risa del ciego gato que no durmió ni dormirá jamás y que ha tramado la nueva noche.

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