Unas lenguas, quizás mías, se alargan, se confunden, ¿se aman?,
Hay sonidos de gato cercano y siento que no esta solo,
Mis ojos se lloran a si mismos, chorreando, vertiendo,
Mientras las nubes siguen su tarea, sombra tal vez lluvia,
Sabiendo que nunca serán sol redondo, rojo, y absoluto,
Tú, nunca has estado, pero vuelan tus caricias infantiles,
Tú, agua salada de mares ciegos que me habitan,
Tú, papeles destrozados, arrojados desde un puño enloquecido,
¿Siempre hallaremos dientes dolorosos de tanto pelear entre sí?
¿Siempre giraran alas de resplandor y heridas recientes?
¿Pueden decirme donde pisan mis zapatos?
¿Pueden prometerme que si cercenan mis ojos miraré su verdad?
Soy carnes estrictamente colocadas,
Sueños de solidez y angustia de frente corregida,
Soy, finalmente, la pregunta innecesaria
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