4 ene 2007


Primero limpiar la puerta, después el farol, el cuadrito de Vittorio de Sica, la tapa del inodoro y la mascara de Medusa. Ordenarse mentalmente para aceptar la frustración de la acumulación de polvo, que a pocos segundos de finalizadas las operaciones de limpieza, comenzaba a cubrir objetos varios de manera lenta y seguramente constante. Pensó en esas aspiradoras de llame Ya ¡!! Esas que te limpian hasta el interior de un periodista desalineado y alcohólico o mejor esas mas grandes y que se pagan en 5000 cuotas, que prometen dejar el Sahara libre de polvo y paja. ¿Habrá paja en el Sahara? No importa. Para limpiar la mirilla de bronce de la puerta había hecho un curso intensivo y certificado por instituciones calificadas con el portero adjunto de la Casa Rawson Bretson, un especialista en la brillosidad y acabado de asperezas en metales comunitarios de los mas diversos orígenes, Don Jose Ampuleto Garzadon de la Olla se vanagloriaba de que sus ancestros ya sacaban el brillo a los petos y corazas del Mio Cid y de Hernan Cortez. No importa este dato estupido que Don José sacaba a relucir en cada clase con orgullo y hasta cierta antipatía. En cuanto a la limpieza de la parte interna de la cerradura, utilizaba el método de los 17 hábitos fundamentales de la limpieza interna de cerraduras tipo C-500 a F-600 y como decía Elbert Hubbard : “La autodisciplina es la habilidad de hacer lo que se debe hacer, cuando se debe hacer, tengas o no tengas ganas en ese momento” . Esta frase que era leída siempre afterit uon longanaize y era siempre continuada por una regia siesta de 3 horas y pico en habitáculo fresco y silencioso. En cuanto a la limpieza de la mascara Medusienta, hecha por tano firensense ,es importante destacar la sacazón de rimel cada mañana y la utilización conveniente del hilo dental apropiado a los espacios entre molares superiores para evitar acumulaciones interdentales execrables de por si. Cabe destacar el esfuerzo de los bomberos voluntarios de la zona aledaña que, como es costumbre en ellos en estas épocas, golpearon la puerta desaforadamente y al limite de su resistencia física, tanto de bomberos como de puerta, para dejar la tarjetita de fin de año que versaba:

No olvide cerrar el gas,

Si se retira a los pedos,

Tire unos mangos nomás

A sus amigos bomberos.

Creí que esto seria mejor que poner un texto que debería ser prohibido por la convención de Ginebra, que fue escrito bajo el efecto de un programa de TV de la tarde noche y que ya tendrá su espacio correspondiente.

Oriel Zolrak porque Carlos Leiro estaba in the inodor uit magazine

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si habras leido alguna vez "La conjura de los necios", de John Kennedy Toole, si no lo has hecho aún ahi queda mi recomendación. Tu texto me ha hecho recordar en su delirante narración, las peripecias del protagonista Ignatius, un ser al que le coges cariño a medidas que vas pasando páginas.

Un saludo

Carlos Leiro dijo...

hace muchos años lei las aventuras de Ignatius, y es cierto que uno se encariña.., aunque era bastante turro

Anónimo dijo...

Turro?, esa palabra es nueva para mí, soy del otro lado del charco.

Anónimo dijo...

linda foto :) el portero titular donde se encuentra... que turro debe andar gestionando aumento en el SUTERH.. mm aunque esos son "encargados de edificios" que odian los llamemos "porteros" y.. limpiaba los bronces con brasso o con limon?
Buen relato, como siempre.. funny.
Marta: turro seria atorrante.

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