19 abr 2010

A Walt Whitman

No te has dado cuenta, ya soy tu voz, de aquí en más no serás uno,
De aquí en más no seré el que dibuja cada una de estas letras,
Hasta aquí me has permitido, siento los inmensos poros de tus huesos,
Si quieres puedes irte, puedes abandonarme ya pero no estas solo.
“Ojos de noche cuya pupila se robó todas las estrellas” ,
Alguna de las palabras anteriores volverá del olvido y recordarás este "ahora".
Vete, ya.
Estás ahí aun, sabes que somos un manantial de ángeles aguerridos,
Una corona de hiedra y un horizonte acurrucado a la izquierda,
Sigue mis letras por la sangre hasta la última arteria de tu pie,
Te diste cuenta que atravesamos un millar de universos color mandarina,
Te diste cuenta que cada latido corre a ocultarse entre tus vértebras,
Si, los latidos desean ser latidos, mucho antes que el corazçon desee ser corazón,
Esperas algo más, que te descubra verdades, rígidas, con principio y fin,
Solo somos dos ahora, mis palabras no están si no estas tu, Viernes…
Y tú, tan real para ti mismo, una sombra de manteca esperando el amanecer,
Hay alguien que mastica futuros, presente y pasados, pero no hemos dado con él,
Solo creo, de tarde, de mañana o de noche, te digo:
"Una flecha de silencio te encontrara en algún momento", quizás te quedes,
Quizás corras hacia una piel tibia, cualquiera, para igualar tu calor al de la herida.

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