Poco importan las lejanas literaturas
Gato de cien ojos, astuto, ¿atrapado o escondido?
Lames ese mar con lengua áspera y roja de brazas,
Un mar puntiagudo, con naves y peces, sin cielos,
Un mar ciego de verdes y azules, espeso,
Un mar multiplicado, monstruoso, beso y bofetada,.
Pies sucios, rodillas sangrantes y un rostro alejado por una ecuación,
Espuma, cera y pezones, gritos, cantos, niños,
Absurdas líneas concurren a mi mano,
Tiembla la piel, tiembla el hueso,
¿Se podrán ahorcar las lágrimas?
Un filo corta las letras y prohíbe el ingreso de palabras
Mi sudor forma otro cuerpo, parece de piedra,
Un pájaro lo atraviesa, luego otro y otro
Una voz grita, sola, sin dientes, sin labios,
Trato de adivinar si los pasos se acercan,
Camino rengo entren ropas hirvientes,
Duelen, arranco todas las caras que tengo,
Corro con mis ojos hacia una pestaña,
Busco refugio, golpeo, golpeo, suplico,
Un camino de espaldas, pero sobre mi cabeza,
¿Por qué? Pregunto a mi solitaria sombra imprecisa,
Me pongo de pie tantas veces, y no hay talones,
Un perro ha comido mi vientre, ya no duele,
Con una vieja pala hago un agujero en una nube,
Me cuesta tanto, y dicen que es nube de vientos interiores,
La siento como el pecho de un dios, cansado,
Ni suelo ni cielo deseo mirar,
Dibujo un horizonte con mi tos hueca,
Dicen que los horizontes calman, este me mira,
Susurra lo que no puedo oír,
Mis uñas se refugian en la carne,
Mi piel gotea,
Mi cráneo y el gato se confunden,
Uno a cada lado de un sendero que temo,
Mis pies se adelantan, cierro tan fuerte mis ojos,
Músculos tensos y agrietados,
Sendero de caricias,
Sendero de índice y pulgar frotándose,
Estoy llegando y no,
Una mano me describe una casa,
Una mano me invita, desconfío,
Una mano que besa, y beso.
Ella no esta allí, se ha ido, lo sé,
El tiempo empuja y empuja,
Carcelero, y lo apuñalo,
Caigo y vuelo, inmóvil, no puedo frenar,
No hay despertares porque no hay noches,
No hay noches porque de noche soy,
Soy un niño, escupo imágenes que aprenden a caminar solas,
Pero estoy ahí y pocos lo saben,
Quizás nadie.
Carlos Leiro
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