26 feb 2011

Nightmare I y II, 26-02-2011



La salada eternidad de los caballos desdentados,
Ventanas tatuadas con luz azul del borde de sus ojos,
Inútiles maquinas, sin aceite y sin vapores silbadores,
Silencio el grito de madera y podredumbre de un perro quemado,
Un televisor, contorneado por un loco eclesiástico, sus horrores,
La soledad, manta de cuero que flota y mantiene piojos en sus costuras.

El horror y volver a enfrentar los parpados martillando invenciones.


Barcelona, una, calle, Passeig de Gràcia, el Corte Ingles desvencijado y gitano,
Mujeres con vestidos impresionistas buscando ratas para calmar sus arrugas,
Una plataforma a la que llego, herido de ilofilos, con una pequeña pantalla,
Volverse nave el lugar y mostrar el terrible vuelo de burgueses volantes,
De sus carros tiran brasileros, esqueléticos, con sus remeras verdeamarelas,
Sus muertes y sus rápidos reemplazos, la voz, desde un centro”No sé cual”,
De Osvaldo, alguien tan lejano, seguro padre hoy, dentro del sueño joven, ansioso,
Explicándome como podía medir los parásitos dentro de mi cuerpo, lo empujo,
Me da asco, se deshace. Ella esta a mi lado, invisible, agazapada,
Comienza el enorme evento de caballos, barro negro y exterminadores,
La cola bella y peinada de un alazán se enreda en una rueda del antiguo camión,
El bello corcel es chupado por la rueda y destrozado, planetas de carne fresca,
Orbitan mis manos, como trozos después de un sable y hábiles manos,
El grupo de carretas cae y aplasta cientos de potrillos recién destetados, tanto hiere,
Con todas mis fuerzas trato de evitarlo, empujo con vidrios al corcel mostaza que esta al frente,
Su cuello y sus ojos se dan vuelta hacia a mi, sus ojos son círculos de furia y agua,
De pronto sus dientes, casi en mi cara, se muestran, marrones y secos, vitales,
Con barros colorados, arcillas moldeadas con moscas, zumbadoras permanentes,
Son atroces, con violentos escarabajos escaldados rumbo a mis labios, es mi horror,
De pronto, esa extraña nave se despierta, es de día, alguien palmea mi espalda,
Ya no hay nadie a mi alrededor, solo yo miraba hipnotizado las imágenes, tengo huesos,
Sin saber como desconecto los mandos, un teléfono móvil y el control remoto caen,
Se quiebran, se deshacen, rebotan contra el cemento armado, nunca hubo cemento tan solo y limpio,
Estoy de pie, lloro, suplico un sueño tibio que cierre ojos y bocas, lo deseo.
Pero solo aparecen estas memorias, ni siquiera sé si vale la pena rescatarlas.

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