Tiemblan demasiado las manos del viejo, su rostro tiende al
azul, sus manos parecen de vidrio pero no son inquebrantables, adjetivo este que
le brinda una característica valorable, no,
solo no se quiebran, tiemblan y tiemblan buscando recuerdos mentidos,
exagerando amores perdidos, dando lugar a ciertas valentías que jamás existieron,
sus ojos impresionan, observan los objetos algunos segundos después de
mirarlos, abre y abre la heladera picoteando y picoteando como aquel ave de
Sísifo, el sonido de los envases lo delatan, viene nombrando tanto a la muerte
que esta se seca y se raja y se olvida de llevarlo, de tanto gritar dolores se
van vaciando de ruido, ¿da tristeza? ¿Molesta? ¿Quizás la ignorancia se vuelve
certera ante este cumulo de tendones demasiado simulados de dolores y quejidos?
Nombrando las posibles maderas de su
féretro futuro trata de simular su pavor por la muerte, se agita cuando habla
del dinero escondido en una casa que ya no existe, su próstata es tema favorita
de sus monólogos entre paredes que nunca vieron ni pintura ni cal, que habita
solo de tanto escupir ínfimas letras saladas y filosas, repletas de verdad
forjada al rojo en su estómago lleno de pez, cuando se recuesta parece que se
volverá piedra pero siempre vuelve para llenar el agua inexistente de quejidos
imitados al diablo, vuelve a aparecer la heladera, ese estomago que abre y
desabre, y donde las manos son rotundas en el momento de tomar el alimento que
harta, el vino no se toca, es el templo necesario, es el objeto dios, el
avinagrado recuerdo de un Cristo dañado, los pies que han olvidado sus formas y
sus uñas, que pueden atravesar filos sin inquietarse, que rezan al equilibrio
al sendero repetido de la habitación con cuerdas pero sin relojes, en el camino
al baño un diente de oro que estuvo acompañado en algún momento por un coro de
marfil siniestro que se fue marchando de a poco. El diente dorado fue guardado
por la avaricia constante, escapa como un caracol desesperado que escapa del
faraón. Tiemblan las manos y tiemblan y tiemblan, no tiembla el tiempo, no
tiembla.
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