22 ene 2008

Poema clásico: “Mientras como ravioles”

Siempre supe que los ravioles tienen un sentido en su vida, el sentido de la vida de ciertos ravioles es caer del tenedor, justamente antes de entrar en mi boca, en un pequeño charquito de tuco, que se puede observar en un plato de ravioles con tuco común y silvestre, y salpicar mi remera, que tiende increíblemente a tener colores claros para dar mayor contraste y definición a la mancha.

Sin embargo el azar o aquello que está escrito en el éter y sea importantísimo en la relación universal de causas, ha hecho que un resto de tuco, con materia espesa tomatada, cayera en el teclado en que escribo este texto, justo entre las letras X y C, desde allí abajo y suponiéndole ojos a la mancha, ella me mira sabiendo que luego de intentar sacarla de allí con un repasador limpio, no iré en busca de un hisopo u otro elemento para dejar inmaculado el teclado. Afirmaciones: No atisbo ninguna teoría conspirativa de los ravioles en contra de mi persona, tampoco creo que este episodio marqué mi psiquis de manera definitiva e irremediable, no daré una conferencia de prensa sobre el tema en la asociación de fabricantes de pastas y afines de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y terminó afirmando que este texto no esconde ningún metamensaje o mensaje codificado.

Si afirmo como sucede en estos casos: ¡Puta Mancha de tuco no tenías otro lugar donde caer!

3 comentarios:

eika dijo...

Jajaja una vez mi hermano (que tiene muy poca paciencia) se manchó también la franela (remera) y en venganza para con ella se lanzó toda la bolognesa que sobraba en su plato. Fue para morirme de la risa.

Qué estilo el suyo para narrar tan trivial evento.

Un saludo grande :)

Carlos Leiro dijo...

Gracias eika, veo que tu hermano es impulsivo jajajaja

Anónimo dijo...

Jaja, muy bueno Carlos. Ahora, "Siempre nos quedará Trenet".
Saludos.

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