28 nov 2007

Ella dijo nunca es tiempo de poetas,

Acarició una luz con ardientes mediodías.

Ella dejó sus labios sobre la séptima ola

De un mar pegoteado a un cielo niño.

¿A dónde vas? Dijo el mismo sueño repetido

Y repetidamente se oyó: No me preguntes.

El empezó a guardar presentes imperfectos en pasados simples,

El pidió la llave de los Buen día, Buenas noches.

El, sentado, con labios secos, apenas agrietados.

Ella respiró los aromas de a dos escondidos en una maceta,

Ella caminó sobre mil días, y desató otros tantos cordones.

El deshacía y rehacía mil esquinas y un portón,

El había intuido esos intervalos inmortales, afilo las palabras.

Ella entregó invisibles papeles, espantó mariposas dulces y dio ese paso,

Ella sofoco un par de gotas y otras más, abajo sus pies, abajo sombra-luz.

El respiró acero rojo, escuchó ruinas, jabones y cactus.

El sin saber si sentarse o acostarse.

El y ella, ella y él.

Ella.

El.

5 comentarios:

Yo dijo...

Quién fuera "ella" para tener a mi "él" al lado....

Carlos Leiro dijo...

Puede ser así o tambien las infinitas de combinaciones de relacion y no relación entre "ella" y "él".
Mae gracias opor tu mensaje.

Anónimo dijo...

cierto don.. pero que mal día para leerlo..
muy buen texto.. un saludo.

Yo dijo...

Preferí elegir la combinación que más se ajusta a mis deseos.

Saludos.

Carlos Leiro dijo...

Gracias Caia.
Mae gracias por volver a pasar y si esa estu elección , bien vale.

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